China lanza sonda Chang'e-6 para recoger muestras de la cara oculta de la Luna
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Un cohete
Gran Marcha-5, con la nave espacial Chang'e-6 a bordo, despegó hoy viernes por
la tarde desde el Sitio de Lanzamiento Espacial de Wenchang, ubicado en la costa
de la sureña provincia insular china de Hainan.
La sonda
Chang'e-6 tiene la misión de recoger y devolver muestras de la misteriosa cara
oculta de la Luna, lo que constituye el primer esfuerzo de este tipo en la
historia de la exploración humana del satélite terrestre.
"Recoger
y traer de vuelta muestras de la cara oculta de la Luna es una hazaña sin
precedentes. Actualmente, sabemos muy poco sobre la cara oculta de la Luna. Si
la sonda Chang'e-6 logra su objetivo, proporcionará a los científicos las primeras
pruebas directas para comprender el entorno y la composición de los materiales
de la cara oculta de la Luna, lo que es de gran importancia", declaró Wu
Weiren, miembro de la Academia de Ingeniería de China y diseñador jefe del
programa de exploración lunar de China.
La sonda
Chang'e-6, al igual que su predecesora Chang'e-5, consta de un orbitador, un
módulo de aterrizaje, un módulo de ascenso y un módulo de retorno.
Tras llegar
a la Luna, realizará un aterrizaje suave en la cara oculta del satélite. Dentro
de las 48 horas después del aterrizaje, un brazo robótico se extenderá para
recoger rocas y tierra de la superficie lunar, y un taladro perforará el suelo.
Simultáneamente, se llevarán a cabo trabajos científicos de detección.
Una vez
selladas las muestras en un contenedor, el ascensor despegará de la Luna y se
acoplará al orbitador. A continuación, el módulo de retorno transportará las
muestras de vuelta a la Tierra y aterrizará en la región autónoma de Mongolia
Interior, en el norte de China. Según la Administración Nacional del Espacio de
China (CNSA, por sus siglas en inglés), se prevé que el vuelo dure unos 53
días.
Como el
ciclo de revolución de la Luna es el mismo que su ciclo de rotación, la misma
cara está siempre orientada hacia la Tierra. La otra cara, la mayor parte de la
cual no puede verse desde la Tierra, se denomina cara oculta o "lado
oscuro" de la Luna. Este término no se refiere a la oscuridad visible,
sino más bien al misterio que envuelve esta parte del satélite terrestre, en
gran parte inexplorado.
Las
imágenes de teledetección muestran que las dos caras de la Luna son muy
diferentes. La cara cercana es relativamente plana, mientras que la cara lejana
está densamente salpicada de cráteres de impacto de diferentes tamaños y presenta
muchos menos mares lunares que la cara cercana. Los científicos deducen que la
corteza lunar del lado lejano es mucho más gruesa que la del lado cercano. Pero
la razón de ello sigue siendo un misterio.
Según Wang
Qiong, diseñador jefe adjunto de la misión Chang'e-6, se ha elegido un cráter
de impacto conocido como cuenca Apolo, situado dentro de la cuenca Aitken del
Polo Sur de la Luna, en su cara oculta, como objetivo principal para el
alunizaje y la toma de muestras.
La colosal
cuenca Aitken del Polo Sur de la Luna se formó por una colisión celeste hace
más de 4.000 millones de años y tiene un diámetro de 2.500 kilómetros,
equivalente a la distancia entre Beijing y Hainan, así como una profundidad de
unos 13 kilómetros, según los científicos.
Se trata
del cráter de impacto más antiguo y más grande de la Luna y uno de los mayores
del sistema solar, por lo que puede proporcionar la información más temprana
sobre la Luna.
"Las
muestras directas de primera mano de la cara oculta de la Luna son esenciales
para darnos una comprensión más profunda de las características y diferencias
de los dos lados de la Luna, y para revelar sus secretos", afirmó Zeng
Xingguo, científico de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia
de Ciencias de China.
"Toda
la misión está llena de numerosos desafíos, con cada paso interconectado y
capaz de poner los nervios de punta", dijo Wang.
Con el fin
de lograr una comunicación entre la Tierra y la sonda en la cara oculta de la
Luna, China envió el satélite de retransmisión Queqiao-2, cuyo nombre se
traduce como "Puente de la urraca-2", a una órbita lunar altamente
elíptica y fija a principios de este año.
Si bien la
misión Chang'e-4 logró el primer alunizaje suave del mundo en la cara oculta de
la Luna en 2019, Chang'e-6 aún enfrenta riesgos significativos, ya que el
terreno accidentado del lugar plantea grandes desafíos para el alunizaje, de
acuerdo con los expertos espaciales.
La misión
Chang'e-6 conlleva poner en funcionamiento nuevos avances tecnológicos en áreas
como el diseño y control de la órbita lunar retrógrada, el muestreo rápido e
inteligente y el despegue desde la cara oculta de la Luna, apuntó Wang.
"La
cantidad de muestras que Chang'e-6 puede recolectar es incierta y no se puede
estimar con precisión en este momento. Nuestro objetivo es recolectar dos
kilogramos", añadió Deng Xiangjin, experto de la Corporación de Ciencia y
Tecnología Aeroespacial de China.
La misión
Chang'e-6 transporta cuatro cargas útiles desarrolladas a través de la
cooperación internacional. Instrumentos científicos de Francia, Italia y la
Agencia Espacial Europea/Suecia están a bordo del módulo de alunizaje de
Chang'e-6, y un pequeño satélite de Pakistán está a bordo del orbitador.
Nota de
Prensa
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